IDEAL DE GRANADA 23 DE ENERO DE 2014
F. MORALES LOMAS Y FERNANDO DE VILLENA
REPRODUCIMOS EL TEXTO ABAJO
“BAJO EL SIGNO DE LOS DIOSES”
DE FRANCISCO
MORALES LOMAS
Ha corrido mucha tinta sobre el
ajusticiamiento del valido Rodrigo Calderón
desde que don Francisco de Quevedo escribió sobre el asunto su obra
“Grandes anales de quince días”. Fue aquel uno de los momentos más dramáticos
de esta nación donde tantos momentos dramáticos han existido. Hoy, el escritor
Francisco Morales Lomas ha dedicado una interesante novela al tema con el
título de “Bajo el signo de los dioses” (Alcalá Grupo Editorial, 2013).
Conozco a Morales Lomas desde
que cursamos juntos la carrera de Filología y puedo asegurar que es un hombre
dotado de una capacidad de trabajo intelectual asombrosa. Cuenta en su haber
otras seis obras de narrativa, numerosos poemarios y diversos libros de ensayo.
A mi juicio, es el crítico que mejor conoce cuanto se ha escrito en los años de
la Democracia y posiblemente el único que podría poner orden en ese inmenso
bosque escribiendo un manual que sirviese de aguja de navegación a estudiosos y
lectores.
En “Bajo el signo de los
dioses” Morales Lomas plantea con distanciamiento
aquellos hechos históricos e intenta que la exposición novelada de los mismos
resulte útil al lector de hoy. Claro que esos hechos históricos que se nos
cuentan se asemejan bastante a los que se viven en la España de hoy: la misma
corrupción, la misma impunidad, la misma estrategia de que un personaje
secundario pague todos los platos rotos por los demás…
Morales Lomas conoce la época
con erudición apabullante. No en balde fuimos alumnos o tratamos a profesores
como Emilio Orozco, Nicolás Marín o Antonio Gallego Morell. Ese conocimiento
exhaustivo le permite novelar con precisión y soltura todo un periodo de la
historia de España, porque el narrador no se limita a contarnos la vida de
Rodrigo Calderón, sino que nos ofrece un amplio friso de hechos colaterales que
nos llevan a comprender mejor cuanto ocurrió bajo el reinado del pío Felipe
III.
Pero es que, además, la novela
de Morales Lomas constituye toda una aventura de lenguaje y una fiesta de
amenidad. Enfoca el libro el autor con una perspectiva manierista de partes en
apariencia independientes, pero interrelacionadas. Arranca con la tercera
persona narrativa y la retoma al final, pero durante casi todo el texto cede la
voz en primera persona a diversos personajes históricos como el propio don
Rodrigo o como Miguel de Cervantes y a otros personajes inventados que van
ofreciendo su visión de cuanto sucede. No faltan algunas ráfagas de humor ni la
inclusión de poemas de la época ni tampoco algunos guiños al lector atento pues
Morales Lomas nos presenta, por ejemplo, en la trama a escritores amigos suyos
como es el caso del poeta Ricardo Bellveser, a quien lo hace figurar en la
Academia de los Nocturnos como uno más de los ingenios valencianos del Siglo de
Oro. Y no sólo convierte a Cervantes en personaje importante de la narración,
sino que también le toma prestados algunos personajes de sus obras y los trae a
su novela, como es el caso del alférez Campuzano de “El casamiento engañoso”.
A veces, la novela nos recuerda
los “Avisos” de Pellicer por la manera en la que se nos van presentando las
noticias. En otras ocasiones aflora el Morales Lomas poeta, y el lenguaje
entonces se colma de belleza con sinestesias tales como “algarabía luminosa de
los almendros” o con hermosas metáforas y símiles como “Los rigores del
invierno (…) cayeron sobre él como noche sin alma”. Una novela, en suma, muy trabajada de
principio a fin.
Fernando
de Villena.
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